Los productos de comida preparada, listos para comer, crecen con fuerza y ganan protagonismo en los supermercados. Cada vez es más usual entrar en el súper, buscar en los productos refrigerados una bandeja de sushi y salir con la comida puesta. Así, directo a la mesa, pasado a lo sumo por un golpe de calor en el microondas.
El gasto de platos refrigerados y en conserva subió el año pasado un 10% (a un ritmo que duplica de largo el del sector global de alimentación, droguería y perfumería).
“Los denominados productos de conveniencia son claramente uno de los elementos dinamizadores del mercado de gran consumo. Son de los que más crecen en el sector y de los que más innovación genera”, explica Ana Fernández, experta en distribución de la consultora Nielsen.
El crecimiento de la comida preparada en la cesta de la compra viene de lejos, pero últimamente se ha visto impulsado -como en otras decisiones que toman los consumidores en el supermercado– por la importancia de disfrutar de una alimentación saludable.
“Tradicionalmente, los platos preparados se asociaban más con la comida rápida. Ahora se ha producido un cambio radical dentro de la oferta de este tipo de especialidades para demostrar que es posible relacionarlo con productos que pueden contribuir a una dieta más equilibrada”.
A partir de ahí es cuando los lineales y sobre todo en la zona refrigerada, de ensaladas preparadas, platos de origen vegetal (a base de tofu, seitán). Junto a otros como los de pasta y arroz, en los que los fabricantes apuestan por una nueva formulación bajo la etiqueta de ingredientes “al natural”, haciendo bandera de una menor presencia de conservantes y colorantes.
El crecimiento de este formato se apoya en parejas jóvenes o con niños y personas que viven solas
Los especialistas explican que el auge de los productos de conveniencia se apoyan sobre todo en dos grupos de consumidores: las familias con niños, que buscan platos congelados y refrigerados para “salir del paso”, y aquellas personas que viven solos o las parejas jóvenes, mucho más propensos a probar productos nuevos. Para este último grupo, detalla Ana Fernández, el gasto en productos de conveniencia es un 30% superior al de la media. De promedio, los hogares dedicaron 185 euros a productos de conveniencia en el 2017, frente a los 170 del año anterior .
De esta forma, explican los expertos, el deseo de los consumidores de tener una alimentación más saludable se suma otros motores de la decisión de compra ya consolidados desde hace años como combatir la falta de tiempo, hacer la vida más fácil y tener en cuenta a quienes no saben cocinar o no les apetece.
Según un reciente estudio de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC), casi la mitad de los consumidores declara que compraría más platos preparados si hubiese recetas más saludables.
Otro 56% asegura que consume productos de conveniencia por falta de tiempo.
En esta reorganización de los productos de conveniencia pierden fuelle el consumo de variedades más tradicionales como las pizzas congeladas, los sándwiches y bocadillos o los platos preparados en lata (pasta con salsa, por ejemplo).
Mientras, la hasta hace un tiempo poco habitual oferta de comida japonesa ocupa incluso espacios específicos en los súpers, donde hasta se prepara sushi en el momento. Según Nielsen, el peso en la cesta de la compra de estas especialidades japonesa aún es pequeño. Sin embargo, el gasto de los consumidores en sushi se ha disparado un 70,5% en el 2017 y en el primer semestre de este año está creciendo al 16,3%. También está despuntando de forma significa los platos basados en vegetales (el año pasado la facturación aumentó por encima del 60%).
“Tanto el sushi como los nuevos platos de alternativa vegetales tienen mucho recorrido, es una oferta que se espera que en el futuro llegue a un colectivo de consumidores mucho más amplio”, asegura la experta de Nielsen.
La oferta es amplísima: a los tradicionales tarros de legumbres cocidas, las pizzas, los sándwiches, las sopas se van sumando otros más recientes como gazpachos, hamburguesas o albóndigas vegetales, el café en monodosis, fruta y también verdura cortada para picoteo…